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Convertir ideas de negocio en una realidad exitosa no depende de la suerte. Es necesario validarlas para saber con antelación si funcionarán o no.

Sobre este proceso de validación y ejecución de ideas de negocios rentables conversó con nosotros David Franco, director académico de la Escuela de Postgrado UTP.

Ideas de negocio, ¿a qué nos enfrentamos en la actualidad?

Nos encontramos en una nueva realidad en torno a las ideas de negocio para emprender. ¿Por qué? En años recientes, y con una importante aceleración durante la pandemia, el ámbito digital cobró fuerza. Esto quiere decir que las empresas nacientes deben navegar lo que David Franco llama el espacio phygital: una combinación entre el entorno físico y el digital. 

Este cambio requiere una transformación en el enfoque al momento de desarrollar ideas de negocio. Estamos en una circunstancia que exige contar con una estrategia de validación para nuestras propuestas.

Estrategias para validar ideas de negocios, ¿cuáles usar?

Es normal, en especial en ideas de negocio nuevas, querer salir al mercado y comerse al mundo. Tenemos la certeza de que nuestro producto es el mejor y que tendremos muchísimo éxito.

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Sin embargo, si tomamos esta idea de negocio y la llevamos adelante sin validación, podemos encontrarnos con una dura realidad. No en vano, según cifras que aporta David Franco, en el 2021 solo 1 de cada 10 negocios logró llegar al segundo año de vida.

Ante este panorama, más que desanimarse, lo ideal es plantearle cara a la situación y aplicar los siguientes elementos para evaluar una idea de negocio:

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  1. Definir los objetivos

    Una idea de negocio para emprender no será más que eso si no se tienen los objetivos claros. ¿Cuál es el público al que está dirigido? ¿Qué queremos lograr en términos de ingresos y rentabilidad?

    La idea de negocio debe tener un norte definido. Estos objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables y delimitados en el tiempo. Además de estar vinculados con el propósito de la empresa. Sin este primer escalón, difícilmente tendremos éxito.

  2. Acciones por desplegar

    La definición de objetivos conduce, de forma natural, al siguiente punto que propone David Franco, docente de la Maestría en Administración de Empresas MBA de la EPGUTP. Se trata de crear una lista de las acciones necesarias para pasar de tener ideas de negocio para emprender, a lograr ideas de negocio rentables.

    En este momento es importante evaluar aspectos como: ¿Con qué proveedores trabajaremos? ¿Cómo será el trato con los clientes? ¿Qué tipo de colaboradores queremos incorporar al negocio? ¿Cómo captaremos y fidelizaremos a los clientes?

  3. Gestionar los recursos

    El tercer punto básico en la validación de una idea de negocio es la gestión de los recursos. Es imperativo tener conocimiento de aquello con lo que se cuenta para sacar adelante la propuesta. Existen distintas categorías:

    • Recursos tecnológicos
    • Financieros
    • Humanos o personales
    • Logísticos o de espacio

    Todos son necesarios para que cualquier nuevo negocio pueda avanzar de manera apropiada hacia el éxito.

    Considerar estos tres puntos en simultáneo es clave al validar cualquier idea de negocio al emprender. No importa el rubro, país o ciudad; aplicarlos puede dar luces sobre la viabilidad real de cualquier proyecto.

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¿Qué debes considerar para que tus ideas de negocio sean exitosas?

Validar las ideas de negocio es solo un primer paso. Luego de hacerlo, lo ideal es ceñirse a determinados lineamientos que influirán en el desempeño de la empresa en el futuro. Aquí te compartimos lo que debes considerar, sí o sí, para lograr que tus ideas de negocio sean realmente exitosas:

  • Centrarse en las personas, poniendo el foco sobre ellas en lugar del producto o servicio que ofrecemos.
  • Entregar valor, entendiendo que este no solo se relaciona con el precio. También está vinculado a sus diferenciales respecto a otras propuestas.
  • Enfocarse en los procesos, siempre desde la perspectiva del cliente. Es decir, debemos facilitarle el acceso a aquello que le estamos ofreciendo.
  • La integración al alinear todos los procesos, personas y productos, a la satisfacción del cliente.

Si bien no existe una fórmula de éxito asegurado, seguir una estrategia de validación de la idea de negocio puede ayudar a replantear procesos al inicio para evitar errores y aprovechar recursos. 

Para profundizar más en este tema y en otros similares, te invitamos a formar parte de nuestro MBA Online. Allí te facilitaremos herramientas que te convertirán en administrador de empresas capaz de generar cambios y proponer ideas de negocio exitosas.

La propuesta de valor es la promesa que hacemos al cliente sobre un producto o servicio. Es lo que generará una diferencia percibida en relación con la competencia, donde entran en juego el costo y los beneficios que le ofrecemos.

De acuerdo con Nancy Escribens, Gerente Comercial de ALFOSAC y Docente de la Maestrías de MBA y Marketing y Gestión Comercial de la Escuela de Postgrado de la UTP, nos indica que la propuesta de valor no puede considerarse sólo desde el aspecto económico, sino que también hay otros factores en la ecuación de valor.

Podemos resumir todos los aspectos definitorios para crear propuesta de valor en el siguiente esquema:

¿Qué valor obtiene el cliente? ¿Qué entrega a cambio?
  • Simbólico
  • Emocional
  • Funcional
  • Físico
  • Dinero
  • Tiempo
  • Energía
  • Comodidad
  • Practicidad

 

Una buena propuesta de valor de una empresa debe buscar, entonces, pedir menos a cambio de ofrecer más, sin sacrificar la rentabilidad del negocio. En definitiva, la ecuación definitiva es Valor = Beneficio – Costo.

¿Cómo diferenciar nuestra propuesta de valor de la competencia?

Generar una propuesta de valor, que sea distinta a la de la competencia, requiere un análisis agudo de tres factores:

  1. Deseo del mercado

    Una propuesta de valor bien pensada considera, en primer lugar, los deseos del mercado. Es necesario tomar en cuenta qué necesitan y qué buscan los clientes.

    Se trata de dar con una necesidad no cubierta por otros negocios y apoderarnos de la tarea de satisfacerla.

  2. Fortalezas de la competencia

    Algo que no podemos hacer al crear una propuesta de valor es subestimar a la competencia. Existen razones por las que se mantienen en el mercado, con un mayor o menor grado de éxito.

    Hacer un análisis de sus fortalezas nos servirá para dos cosas. Primero: encontrar qué la hace atractiva para nuestros clientes potenciales. Segundo: seremos capaces de identificar los puntos en común de nuestra propuesta de valor y la suya. Esto, aunque parezca contradictorio, es útil para saber qué cosas mantener y cuáles dejar pasar.

  3. Nuestros puntos fuertes

    Por supuesto, es imposible crear una propuesta de valor si no tomamos en consideración las fortalezas de nuestra marca o producto. Después de todo, de estas dependerá en buena medida que nuestra oferta tenga éxito.

    ¿Qué hacer con esta información?

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La idea de analizar estos factores al plantearnos generar la propuesta de valor para una empresa es sencilla: determinar los puntos diferenciales a través de los que procuraremos enganchar al público objetivo.

¿Y dónde encontraremos dichos puntos? Es sencillo: nuestra propuesta de valor diferenciada está en la intersección de los deseos de los clientes y nuestros puntos fuertes.

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Es en este espacio donde debemos enfocar la energía, sin perder de vista los puntos en común con la competencia. Estos funcionarán como una suerte de palanca para mostrar que ofrecemos algo más.

Entendiendo las dimensiones del valor

Apostar por una propuesta de valor sin entender sus dimensiones es un ejercicio infructuoso. Si no comprendemos cómo funciona el valor, difícilmente podremos aprovecharlo.

En este sentido, Nancy Escribens nos propone hacer una segmentación del valor en las siguientes tres categorías: 

  • Valor emocional

Son las emociones que genera nuestro producto o servicio en el consumidor. Está vinculado con los sentimientos y sensaciones que puede experimentar o rememorar a través de nuestra oferta.

El reto es tocar el corazón de los consumidores, generando y manteniendo relaciones de largo plazo.

  • Valor funcional

La percepción de la propuesta de valor a nivel funcional está íntimamente relacionada con los aspectos concretos de la marca o producto. Es decir, depende de sus características y atributos.

Por supuesto, para tener éxito, debemos apuntar a generar un valor funcional único.

  • Valor simbólico

El valor simbólico es, quizás, el más complejo de los tres. ¿La razón? Depende de los insights de los consumidores. Estamos hablando de la capacidad de la marca de permitirle al consumidor expresarse a través de nosotros.

En otras palabras, viene acompañada de la pregunta «¿Qué dice la marca de mí?» por parte de los consumidores. El reto, entonces, es dar con los insights y utilizarlos a nuestro favor.

En definitiva, contar con una propuesta de valor puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso. Es necesario encontrarla antes de iniciar cualquier negocio.

Manejar su desarrollo parece complejo, pero con las herramientas adecuadas es podrás lograrlo. Si estás interesado en adquirir más herramientas y convertirte en un profesional más capacitado, te invitamos a formar parte de nuestro MBA Online.



Preguntas Frecuentes

¿Cómo puedo determinar la propuesta de valor de mi empresa?
Determinar la propuesta de valor de tu empresa requiere un análisis profundo de varios factores. Primero, debes entender qué valor obtiene el cliente al adquirir tu producto o servicio y qué estás entregando a cambio. Esto implica considerar aspectos simbólicos, emocionales, funcionales y físicos, así como el costo en términos de dinero, tiempo, energía y comodidad para el cliente. Además, es crucial diferenciar tu propuesta de valor de la competencia mediante la identificación de los deseos del mercado, las fortalezas de tus competidores y tus propios puntos fuertes.

¿Qué aspectos debo considerar al diferenciar mi propuesta de valor de la competencia?
Al diferenciar tu propuesta de valor de la competencia, es esencial considerar tres factores principales. En primer lugar, debes comprender los deseos del mercado y encontrar una necesidad no cubierta por otros negocios. En segundo lugar, es crucial analizar las fortalezas de la competencia para identificar qué las hace atractivas para los clientes potenciales y encontrar puntos en común y diferencias con tu propuesta. Por último, debes tener en cuenta tus propios puntos fuertes como empresa o producto, ya que estos determinarán en gran medida el éxito de tu oferta.

¿Qué categorías conforman la segmentación del valor y cómo puedo utilizarlas para desarrollar mi propuesta de valor?
La segmentación del valor comprende tres categorías: valor emocional, valor funcional y valor simbólico. El valor emocional se refiere a las emociones que genera tu producto o servicio en los consumidores, el valor funcional está relacionado con sus características y atributos concretos, y el valor simbólico se basa en la capacidad de la marca para permitir que los consumidores se expresen a través de ella. Para desarrollar una propuesta de valor efectiva, es necesario entender estas categorías y enfocar tus esfuerzos en crear una oferta que resuene emocionalmente, sea funcionalmente sólida y tenga un significado simbólico para tus clientes potenciales.

Hablar del propósito de una empresa es cada vez más común. En un mundo globalizado y tecnológico, las oportunidades para emprender y convertir un sueño en un negocio rentable son cada vez mayores. 

No obstante, en el camino se pueden olvidar las razones que motivaron el emprendimiento en primer lugar. El propósito en los negocios existe como raíz, un lugar para encontrar las motivaciones, intenciones y anhelos, sin desviarse de la realidad.

¿Qué es el propósito de una empresa?

Para el docente Rubén Sánchez, docente y director del MBA de la Escuela de Postgrado UTP, el propósito de una empresa consiste en aquello que se pretende alcanzar más allá de la rentabilidad y la generación de dinero. 

Es decir, el propósito es aquello que los seres humanos que forman parte de la empresa desean lograr para su bienestar y el de otros.

El propósito en una empresa debe ser consistente a largo plazo, cumplir con los valores y la ética de las personas que la crean y participan en ella. Es decir, implica un diálogo interno asertivo que responda a la pregunta: ¿qué queremos lograr con lo que hacemos, con nuestro producto o servicio? 

Una empresa suele tener propósitos altruistas, basados en hacer las cosas para mejorar a la ciudadanía, motivar a una población, construir bienestar y, en muchas ocasiones, dignificar las condiciones de vida de un público. 

Las empresas con un propósito claro buscan el equilibrio. Para ello, buscan responder con claridad a preguntas fundamentales que determinan sus acciones.
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Maestría en Dirección de Empresas

Propósito de una empresa: qué debes saber shutterstock 1125117233 1024x683 1

¿Cómo se establece el propósito empresarial?

En primer lugar, debe existir un profundo autoconocimiento que permita identificar las intenciones que llevan a la creación del negocio. Al definir el propósito de una empresa pensamos primero en las personas: quiénes hacen el negocio y a quiénes va dirigido. 

Establecer el propósito es crear un discurso interactivo que puede mejorarse o actualizarse a través del tiempo y que es influenciado por diversos aspectos del contexto. Por eso, el propósito empresarial no es una meta fija, es evolutivo. 

Además, no es suficiente con escribir, repetir o compartir el propósito. Este debe vivirse dentro de las organizaciones, integrarlo a la práctica del negocio y aprender de él, de forma constante, en la ejecución. Es de vital importancia no perderlo de vista y cuestionarlo para poder afinar el negocio cada día.

Herramientas para crear el propósito de una empresa

  1. Usar The Golden Cirle 

En primer lugar, el docente Rubén Sánchez recomienda usar The Golden Circle o el Círculo Dorado, un concepto creado por Simon Sinek que busca responder a las siguientes preguntas: ¿qué haces? ¿cómo lo haces? ¿por qué lo haces?

Responder a estas preguntas te permitirá orientar y desarrollar la propuesta de valor de tu empresa. 

Propósito de una empresa: qué debes saber Captura

Cómo crear el propósito en los negocios – Golden Circle

  1. Crea un plan estratégico que tome en cuenta el propósitoDe igual manera, la creación de un plan estratégico donde se revisen de forma permanente la misión y los objetivos. Este, será una guía para poner en práctica el propósito empresarial.El plan estratégico facilita tener una visión global de la empresa, manteniendo siempre el foco en los valores y en las personas involucradas. 
  2. Mide qué tan alineadas están las acciones con el propósitoRecuerda que el propósito empresarial no es intangible, puede medirse en otros aspectos que no sean los económicos. Por ejemplo, tomando en cuenta los beneficios para el personal de la empresa; las ventajas para los clientes; y el impacto positivo en la sociedad que tiene el cumplir con el propósito empresarial.

Te invitamos a adquirir mayores y mejores herramientas empresariales para desarrollar una empresa con propósito, donde cada acción implique ser agentes de cambio para construir un mundo mejor. Forma parte del MBA de EPG UTP en Perú donde podrás vivir una verdadera transformación personal y profesional. 

Preguntas Frecuentes

¿Qué significa el propósito de una empresa según el artículo?

El propósito de una empresa va más allá de la rentabilidad y generación de dinero; es lo que los integrantes de la empresa desean lograr para su bienestar y el de otros, manteniéndose fiel a los valores y la ética de quienes forman parte de ella.

¿Cómo se establece el propósito empresarial?

Se establece mediante un profundo autoconocimiento, identificando las intenciones detrás de la creación del negocio, pensando en las personas involucradas y a quiénes va dirigido. El propósito debe ser evolutivo, integrarse a la práctica del negocio y vivirse dentro de las organizaciones.

¿Qué herramientas se recomiendan para crear el propósito de una empresa?

Se recomienda usar The Golden Circle, que implica responder a las preguntas: ¿qué haces?, ¿cómo lo haces? y ¿por qué lo haces?, para orientar y desarrollar la propuesta de valor de la empresa. Además, es importante crear un plan estratégico que revise la misión y objetivos, manteniendo el foco en los valores y personas involucradas, y medir la alineación de las acciones con el propósito empresarial.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), creados en el 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, tienen como intención lograr un futuro mejor y más sostenible para el planeta. Para ello, cuentan con 17 metas que trabajan a través de políticas públicas y privadas, buscando que las estrategias de negocios sostenibles involucren a todos los sectores.

Rubén Sánchez, Director y Docente de la Escuela de Postgrado UTP de la Maestría en Administración de Empresas – MBA, afirma: “Que las empresas, bien sea por su propósito, o por el público al que van dirigidas, aplican cada vez más la sostenibilidad como un pilar, no solo como organización sino como cohabitantes del único planeta en el que, hasta ahora, podemos vivir”

Sin embargo, ¿cómo aplicar estas estrategias sostenibles? ¿es un tránsito doloroso o se puede implementar de forma sencilla?

¿Cómo se construyen estrategias de negocios sostenibles?

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Para que una estrategia de negocios apunte a la sostenibilidad debe tomar en consideración los diferentes problemas sociales y medioambientales que se relacionan con su rubro y con los de sus aliados. 

La idea es ayudar a engranar acciones que disminuyan los niveles de devastación medioambiental; que se comprometan con las comunidades de las que son partícipes; y que puedan transformar la percepción del público, no sólo del suyo, sino a nivel global.

Muchas empresas empiezan por un compromiso público, con declaraciones y ejecución de acciones que modifican la canibalización de los recursos naturales. Estas compañías establecen objetivos sostenibles en el tiempo, rentables y que crean círculos virtuosos para generar bienestar, cooperatividad y transformación.

Las estrategias de negocios sostenibles buscan convertir a los consumidores en aliados y embajadores hacia la sostenibilidad. Esto lo hacen compartiendo campañas donde involucran a su público, premiando su compromiso medioambiental o haciéndolo parte de procesos, como las campañas de reforestación, por ejemplo.

¿Cómo construir estrategias de negocios sostenibles? shutterstock 2141064025 2

Es muy importante resaltar que hacer negocios sostenibles puede ser tan rentable como mantener el sistema depredador de recursos. Los consumidores actuales están dispuestos a pagar por la sostenibilidad, a convertirse en agentes de cambio junto con las empresas que apuestan por construir un mundo mejor.

La clave está en cómo se comunican estas estrategias y su efectiva implementación, permitiendo que auditores internos y externos conozcan los procesos.

Estrategias de negocios sostenibles: ejemplos

Vivimos en un mundo donde el consumidor activo, reclama que las industrias cumplan con el desarrollo sostenible en sus negocios y que las organizaciones estén obligadas a fomentar el rol transformador, donde conviertan sus acciones en una bola de nieve que transmita concientización, indica Rubén.

De igual manera, no es algo que deben ejecutar en un solo momento. Deben considerar las diferentes herramientas disponibles en el mercado para aplicar soluciones de transformación, siempre con conciencia del impacto de estas en su círculo inmediato. 

Un ejemplo de esto es Walmart, el gigante por departamentos de Estados Unidos, quien en 2015 desarrolló una gran estrategia de responsabilidad social para atender a las víctimas del Huracán Katrina. Esta marca, que desde el 2010 trabaja para reducir su consumo de energía, residuos y agua, se alió con otras empresas para atender a una población desprotegida y posicionarse como una organización que hace el bien (Do Good) y lo hace bien (Do Well).

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Un ejemplo de negocio sostenible en Perú es la Panadería San Antonio quiénes le hicieron la guerra al plástico y ahora usan productos reciclados.

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Otras empresas comprometidas con la sostenibilidad son aquellas constructoras que se suman a la arquitectura sostenible. Estas empresas contribuyen con sus edificaciones a la optimización de recursos, utilizando materiales biodegradables y apostando por el bienestar social y por las personas que habitarán estas construcciones. 

Los negocios sostenibles no solo se relacionan de forma estrecha con el medio ambiente, se observan también en las organizaciones que se responsabilizan con los individuos. Desde la implementación de sistemas de ahorro en consumo de agua o luz en sus instalaciones, hasta la donación de material a otras empresas comprometidas con la sostenibilidad o la capacitación para ser ecoamigables.

En la actualidad, se espera que las políticas de responsabilidad social empresarial puedan trasladarse también al Estado, que sean extendidas y signifiquen un compromiso tangible para todos.

Si quieres conocer las herramientas para aplicar estrategias de negocios sostenibles, no dudes en aplicar el MBA Maestría en Administración de Empresas, donde los diversos docentes ejemplificarán estas estrategias y te guiarán en el camino de una transformación completa: impactar a públicos internos y externos, a través de la generación de valor; así como apostar por la mejora continua de las empresas desde la gobernanza, la responsabilidad social y el compromiso medioambiental.